
La silicosis es una de las afecciones declaradas por ley como enfermedad profesional; al hablar de ella nos referimos a una de las principales enfermedades respiratorias adquiridas en el ámbito de trabajo, producida por inhalar y almacenar partículas o polvo de sílice cristalina en los pulmones.
El sílice es un cristal que compone la arena, por lo que están en riesgo de contraer esta enfermedad profesional quienes se desempeñan en minas, metalurgias, construcción de túneles, carreteras y edificios, explotación de canteras, fabricación de vidrios y abrasivos, chorreado de arena, corte de piedras y cerámicas, entre otros, realizando actividades como cortar, triturar, perforar o de limpieza abrasiva.
Una vez adquirida, la silicosis es irreversible e incapacitante, más aún, pone en riesgo la vida de los trabajadores ya que puede llegar a producir la muerte. En solo cuestión de semanas o meses, quienes estén expuestos a elevados niveles de sílice pueden llegar a experimentar debilitamiento, tos intensa, dificultad para respirar y pérdida de peso debido a que los pulmones se inflaman bastante y pueden llenarse de líquido dificultando gravemente la respiración, pero por lo general, los síntomas se presentan luego de diez o quince años de exposición leve.
Dentro de este contexto es que adquiere relevancia la silicosis como enfermedad profesional; para prevenirla, tu gestión deberá girar en torno a dos puntos claves: reducir el polvo de sílice en el aire y evitar respirar dicho polvo. Desde HySLA ponemos a tu disposición algunas de las medidas que como prevencionista de riesgos deberás tomar:
- La silicosis puede prevenirse totalmente si recibes la colaboración de los trabajadores, para ello es importante que los capacites acerca de los efectos del polvo de sílice en la salud y de las técnicas de trabajo apropiadas para reducir el polvo, Puedes realizar talleres o charlas informativas acerca de esta enfermedad profesional.
- Puedes reducir el polvo presente en el ambiente empleando maquinado con chorro abrasivo que no contenga sílice, o de lo contrario asegúrate que tu operador disponga de suficiente ventilación.
- Para contener el polvo de sílice puedes instalar máquinas de limpieza a chorro y gabinetes, como así también ventilación de escapes localizados.
- Dispón de aspiradoras con filtros de aire particulado de alta eficacia (HEPA) o asegúrate que las superficies sean mojadas antes de ser limpiadas.
- garantiza que los trabajadores cuenten con la protección respiratoria necesaria, ya sea mediante la utilización de mascarillas de respiración o de equipos de respiración autónomo (mascarillas con suministro de aire) para casos en que sea excesivo el polvo.
- De ser posible los trabajadores deben higienizarse, ya sea bañarse o lavarse, y colocarse ropa limpia una vez finalizada la jornada laboral.