Diferencias entre el Estrés Laboral y el Burnout

Seguridad Industrial. Ergonomia

Con frecuencia suelen confundirse ambos conceptos, sin embargo no se refieren a lo mismo.

El estrés puede entenderse como el grupo de cambios físicos, biológicos y hormonales que experimenta nuestro organismo ante una situación demandante; es una especie de respuesta o reacción orgánica ante dicha estimulante.

Trasladado al ámbito laboral, el estrés puede entenderse como un desequilibrio percibido entre las demandas profesionales y la capacidad personal para llevarlas a cabo; ese desequilibrio puede estar originado tanto por agentes ambientales como personales.

Así entendido, el estrés no debe ser visto como algo negativo ya que nos prepara para la acción y nos permite desempeñarnos mejor y progresar en nuestro trabajo, sin embargo, puede tornarse peligroso y provocar daños físicos y psicológicos prolongados; todo depende de nuestro estado físico y psicológico, del significado otorgado a la situación demandante y de un sinfín de condiciones ambientales.

Ahora bien, las personas no reaccionamos igual ante una misma situación, por lo que lo que provoca estrés en uno puede ser inofensivo para otro; los trabajadores afectados pueden experimentar fatiga, jaquecas, insomnio, alteraciones gastrointestinales y respiratorias entre otras, pero los efectos también varían de un individuo a otro.

El Burnout, también conocido como “síndrome de desgaste personal” o “síndrome de trabajador quemado”, es sólo una de las tantas maneras en que puede progresar el estrés laboral. El Burnout fue reconocido legalmente como una enfermedad profesional y consiste en una fatiga mental y física crónica producida por la exposición prolongada a una situación estresante. Afecta principalmente a quienes mantienen contacto directo con los clientes y jornadas laborales agitadas y prolongadas.

Debido a que esta carga de estrés se puede somatizar, los trabajadores propensos a contraer el síndrome pueden experimentar taquicardias, dolores musculares, impotencia sexual, sentimiento de soledad y aislamiento, hipertensión y crisis asmática entre otros, incrementando las bajas laborales.

A diferencia del estrés entendido como acto natural que en la medida adecuada nos puede impulsar a progresar, el Burnout es negativo y nos hace declinar. Mientras el trabajador estresado se siente muy vinculado a los problemas, el trabajador quemado hace todo lo posible para separarse de ellos, y mientras el primero siente acelerado su ritmo de trabajo, el segundo se siente denso y tardo en ese aspecto.

El síndrome de Burnout afecta también a la empresa provocando por ejemplo absentismo o disminución de la calidad, por lo que es imprescindible tomar medidas para minimizar su aparición, entre ellas:

 

  • Identificar los factores y riesgos psicosociales que representan una mayor carga de estrés para intervenir en ellos.
  • Capacitar sobre la importancia de disponer de salud física y emocional para un buen desempeño laboral.
  • Procurar instancias de diálogo para que los trabajadores se sientan parte de la empresa y expresen sus demandas y opiniones, las cuales deben ser tomadas en cuenta para ganar su predisposición y mejorar la empresa.
  • Tener consideración por quienes manifiesten enfermedad por estrés y proporcionarles incapacidad para que superen su situación.
  • Otros ejemplos son: reconocer el trabajo de los empleados, fomentar el trabajo en equipo, adecuar horarios y turnos, políticas de conciliación familiar, bonos al empleado del mes, etc.