El desafío de abordar la temática de la prevención de accidentes en la escuela requiere de un fuerte compromiso de la institución educativa y de sus protagonistas. Una escuela segura es el ámbito de desarrollo de actitudes y valores que en las acciones presentes y futuras de los alumnos.
Los niños y niñas pueden velar por su seguridad personal y colectiva si comprenden los fundamentos que la rigen. Por eso es necesario que la acción educativa propicie la aplicación de una metodología que explique científicamente y siempre acorde a las características evolutivas de los alumnos, las ventajas derivan de la adopción de normas de conductas orientadas a evitar situaciones de riesgo. La propuesta, por lo tanto, no debe consistir en la mera imposición de normas y reglas externas sino que debe propiciar la internalización de éstas a partir de sólidos fundamentos.
Se pretende que los alumnos sean capaces de aplicar normas básicas de seguridad escolar, distinguir las acciones que conllevan riesgo de aquellas que protegen la seguridad personal y colectiva; y adoptar conductas preventivas en todos los aspectos de su vida.